En el marco de la pandemia COVID-19, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Asociación Veterinaria Mundial (WVA) señalan conjuntamente las funciones y responsabilidades de la profesión veterinaria en materia de salud pública. Destacan las actividades veterinarias específicas, fundamentales para garantizar una continuidad en la seguridad alimentaria, la prevención de enfermedades y la gestión de emergencias.
París, 18 de marzo de 2020 – Para hacer frente con eficacia a los retos que plantea la pandemia COVID-19, muchos gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas restrictivas para cerrar empresas no esenciales. Estas decisiones plantean cuestiones relativas a las posibles adaptaciones que debe realizar la profesión veterinaria.
En este contexto, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Asociación Veterinaria Mundial (WVA) abogan por que las actividades específicas de los servicios veterinarios se consideren empresas esenciales.
Mantenimiento de las actividades esenciales para la salud pública
Los veterinarios son una parte integral de la comunidad sanitaria mundial. Además de las actividades relacionadas con la salud y el bienestar de los animales, desempeñan un papel clave en la prevención y gestión de enfermedades, incluidas las transmisibles a los seres humanos, y en la seguridad alimentaria de las poblaciones.
En la situación actual, es fundamental que, entre sus numerosas actividades, puedan sostener las necesarias para garantizar que:
- Los servicios nacionales y regionales de reglamentación e inspección veterinaria pueden supervisar la integridad de la salud pública
- Solo animales sanos y sus subproductos entran en el suministro de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones,
- Pueden abordarse situaciones de emergencia,
- Se mantienen medidas preventivas, como la vacunación contra enfermedades con un impacto significativo en la salud pública o la economía.
- Continuidad de las actividades prioritarias de investigación.
Apoyo a las actividades veterinarias en el contexto actual
Al realizar su trabajo, los veterinarios tienen la responsabilidad de salvaguardar su salud, la salud de las personas con las que trabajan y la salud de sus clientes. Por consiguiente, deben velar por que se apliquen niveles adecuados de bioseguridad, porque se proteja a su personal con el equipo necesario y porque se informe a los propietarios de animales de las medidas cautelares existentes. Es responsabilidad de cada individuo asegurar que se respetan los comportamientos apropiados en el marco de estas actividades, para evitar una mayor propagación de COVID-19.
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