El cambio climático (CC) es resultado del incremento promedio de las temperaturas del aire y de los océanos. Los patrones de lluvia y temperatura cambiante en las diferentes regiones tienen significativos efectos en los problemas de salud animal y se ha resaltado especialmente en las enfermedades animales transmitidas por vectores. El CC está afectando al planeta, en particular en las regiones tropicales y subtropicales del hemisferio donde están ocurriendo cambios   importantes.  Es muy claro que el clima de la tierra está cambiando en respuesta a las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades humanas; las temperaturas medias globales anuales han aumentado 0,7 °C en el último siglo.

El cambio climático genera un entorno que potencialmente modificará el rango geográfico propicio como hábitat para las garrapatas, tendrá efecto en la duración del ciclo de vida de tales parásitos e implicará modificaciones en el manejo y en los sistemas de producción. Lo anterior invita a entender la situación y adaptar las estrategias de manejo de la fiebre de las garrapatas.

Algunas    predicciones   sobre    el tema indican que para las regiones de Centro y Sudamérica, incluida la Amazonia, las temperaturas podrían  incrementarse   hasta   tres  grados   para   el  año   2050.   Al mismo   tiempo, las    predicciones indican   que los  cambios  en  precipitación pluvial  serán   más  intensos, pasando de condiciones de extrema sequía  a condiciones de fuertes  precipitaciones, trayendo consigo las consecuentes inundaciones.

Otras  proyecciones  indican que   el  clima  del planeta cambiará aún  más  dramáticamente en  el  próximo siglo.  Las temperaturas medias  anuales mundiales se prevé  que  aumenten entre 1,1 y 6,4 °C para  el 2100.  Los mayores aumentos se proyectan para  las altas latitudes del norte, donde las temperaturas medias  anuales podrían aumentar más de 7,5 °C.

El  efecto   del   cambio   climático   en   la  presentación  de   zoonosis   y enfermedades transmitidas por vectores, es un  tema  que  ha despertado gran  interés en el siglo XXI.  Los artrópodos son altamente sensibles  a los cambios  ambientales y de  temperatura, con ello los respectivos efectos  en  la presentación de las enfermedades que dependen de ellos para su transmisión y permanencia.  En  ese  sentido, el ampliar el rango  de  condiciones ecológicas que favorezcan la permanencia de las especies en el ecosistema, tendrá su efecto en las probabilidades de presentación de enfermedad.

Desde la perspectiva del cambio  climático,  las garrapatas son  parásitos de gran interés; por un lado, por la dependencia a las condiciones del ambiente para supervivencia y ciclo de vida, y también por la necesidad del huésped obligado como lo es en el caso particular, los bovinos.

El cambio  climático  puede llegar  a modificar la distribución geográfica de las garrapatas, como  resultado de los cambios  en  las condiciones de temperatura y humedad haciendo que regiones que previamente no eran favorables para  la supervivencia de las fases no  parasíticas en  el suelo, ahora se encuentren dentro del preferendum requerido para cada especie de  garrapata. Esa conveniencia de  los ecosistemas es factible  inferirla mediante la generación de modelos y puede predecirse a partir  de datos satelitales, utilizando un parámetro que se conoce como la Favorabilidad del Hábitat. La cobertura vegetal  de los territorios y el historial acumulado de temperatura y humedad, además de otros factores  climáticos, contribuyen a la determinación de ese favorecimiento.

La favorabilidad climática en el ecosistema (explícitamente, el incremento de la temperatura del suelo) incrementa la probabilidad de sobrevivencia de la etapa no parasítica en el suelo. Esta parte del ciclo transcurre desde las hembras de garrapata repletas que  buscan un  lugar  apropiado para ovipositar en el suelo,  pasando por los huevos, los que  bajo condiciones apropiadas se convertirán en  larvas  que  treparán a las hojas  del pasto en  búsqueda de  un  nuevo huésped.  La longitud de esas fases de desarrollo depende de la temperatura, por  lo que en zonas marginales la duración de la fase no parasitaria en el suelo es más prolongada que en zonas favorables.

La temperatura del suelo es el principal factor que puede afectar la sobrevivencia y el establecimiento de la garrapata, una vez que llega a un nuevo ecosistema. La temperatura del suelo, además de la humedad, dependen ampliamente de la cobertura vegetal y factores de hidrología y oxigenación del suelo.  La lluvia y la circulación del agua ayudan a enfriar el suelo, que en promedio será 1 °C menos que la temperatura ambiental. Por otro lado, también el cambio climático tiene efectos negativos en la sobrevivencia de las garrapatas, estas no sobreviven a inundaciones o temperaturas bajas permanentes.

Modelos  predictivos construidos a  partir  de  bases  de  datos  satelitales proveen una  ayuda importante en  la determinación de las prioridades de investigación sobre  el terreno; por  una  parte,  en  la focalización  de regiones  donde  se  requiere  adelantar   investigaciones  bioecológicas y epidemiológicas de  comprobación de  esa  aptitud del  hábitat, y por otra  parte,  en  la  definición del  tipo  de  comprobación requerida, que generalmente se relacionará con  la comprobación del  preferendum del parásito o con  el establecimiento de causas  de posibles  introducciones accidentales.

Se destaca  que el clima por sí solo no debe ser considerado como la única  fuerza  motriz  en una  expansión hipotética de R. microplus fuera de sus actuales límites de distribución corriente; también existen factores antropogénicos, entre ellos la movilización de animales.

En  el  caso  de  incrementarse la  distribución  de  la  garrapata  R.  (B.) microplus a nuevas áreas,  esto  terminará en  ocurrencia de brotes esporádicos o  frecuentes de  FG,  con  grado  diverso   de  mortalidad  y morbilidad, dependiendo de la inmunidad previa  de la población animal a los hemoparásitos y la distribución de grupos  de edad en la población.

La evidencia en el ámbito mundial permite señalar que diferentes especies de garrapatas se han  movido desde  los trópicos  hacia  el norte y a zonas más altas.  Esto indica que las garrapatas están  ampliando su  espectro geográfico  de  distribución, y el problema de FG y por ende  su impacto económico, constituye un riesgo creciente.

Por otro  lado,  el CC puede llegar  a afectar  la dinámica poblacional de bovinos, pues  situaciones extremas pueden  estropear las  praderas  y generar necesidad de  movilizar animales (los  que  son  fundamentales para  transportar garrapatas); y como  se afirmó  anteriormente,  la sobrevivencia y reproducción de la garrapata depende de su interacción obligada  con el bovino  durante la fase de su ciclo en él. Esta interacción, indispensable para la garrapata, también genera en el huésped reacciones fisiológicas  e inmunológicas que  se traduce en  los efectos  individuales y  poblacionales descritos  antes,   por  lo  cual  el  CC puede traer   como consecuencia la presencia de FG en nuevos territorios.

En  síntesis,  el cambio  climático  modifica  la presencia y sobrevivencia de  garrapatas, la cual  depende del  clima,  particularmente humedad  y temperatura, pero  también de la presencia abundante de huéspedes.  Aún más,  se enfatiza el concepto de que  dadas las  habilidades de  dispersión de  una  garrapata (que  por  sí misma  es muy   limitada), los  patrones de  colonización también  son  altamente dependientes de los huéspedes a los cuales  afectan, particularmente  los bovinos  y su movilización.

La  presión por  expansión de  la  ganadería, la  creciente demanda  de productos de origen animal y la intensificación de los sistemas productivos y  la  dinámica del  comercio de  animales vivos,  está  favoreciendo  las posibilidades de  la introducción de  las garrapatas en  territorios donde normalmente no estaban. Pero aún más, las modificaciones ecosistémicas están haciendo que la garrapata del bovino  en el hemisferio se establezca en  zonas  de  altura en  países  ecuatoriales y se mueva más  al sur  y al norte en  países  subtropicales, donde las razas  de origen  europeas más susceptibles son la base genética para  producción.

Extracto del capítulo del mismo nombre de la publicación:

Las garrapatas del ganado bovino y los agentes de enfermedad que trasmiten en escenarios epidemiológicos de cambio climático.

Guía para el manejo de garrapatas y adaptación al cambio climático

Autores : Efraín  Benavides Ortiz, Jaime Romero Prada, Luis Carlos Villamil Jiménez

Universidad de la Salle, IICA

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