El siguiente artículo escrito por el Dr. Leopoldo Paasch Martínez y enviado a nuestra redacción digital reune sus opiniones sobre la pandemia de covid- 19 que se atreve a exponer basado en la experiencia profesional de más de 40 años en la medicina veterinaria.
Existen varios ejemplos de enfermedades infecciosas emergentes en la población humana que en los animales domésticos se han identificado con características muy semejantes con décadas de anticipación y que por ello existe experiencia de cómo prevenirlas, controlarlas y en algunos casos incluso erradicarlas.
Las infecciones por coronavirus no son una excepción y a este respecto es pertinente destacar que el coronavirus causante de la Bronquitis Infecciosa de las Aves (BIA) fue aislado hace mas de 80 años por Beaudette y Hudson en 1937.
El coronavirus de la BIA en forma muy semejante a covid-19 produce una enfermedad respiratoria aguda muy contagiosa.
Actualmente BIA persiste en todos los lugares en donde se lleva a cabo la avicultura comercial, lo que significa que tiene una distribución mundial y de este hecho surge la primera reflexión comparativa a considerar con Covid-19.
¿Existe un solo serotipo del virus covid-19?
Ignoro si ya existe una respuesta a esta interrogante, pero reviste una enorme importancia para el control de la enfermedad ya que, por ejemplo, el virus de BIA tiene muchos serotipos y eso hace que la inmunidad que se adquiere por infección o vacunación con un serotipo en particular no proteja contra la infección con serotipos no relacionados antigénicamente y por ello BIA persiste porque no existen vacunas en el mercado contra todas las variantes antigénicas del virus.
Por ello, en la elaboración de la vacuna contra covid-19, es necesario asegurarse de la existencia o no de variantes antigénicas del virus porque si estas existen, probablemente se requiera de más de una vacuna.
De cualquier manera, contar con una vacuna contra covid-19 debe ser una prioridad para la investigación médica y para la industria farmacéutica ya que como se ha demostrado con la influenza, la vacunación no previene la infección en todos los casos pero si reduce la presentación de cuadros clínicos graves y los contagios.
El virus de influenza que produjo la epidemia de 2009 se clasificó como H1N1, sin embargo, las variantes del virus llamadas estacionales pueden tener hemaglutininas y neuraminidasas diferentes y por ello, estas variantes se incluyen en las vacunas que se aplican para la prevención de influenza año con año.
Volviendo a la BIA, el huésped natural de ese coronavirus altamente específico es la gallina doméstica, su incubación es muy corta de 24 a 72 horas y la morbilidad a nivel de granja es del 100%.
En general, los coronavirus son quizá los agentes infecciosos de mayor contagio y rápida difusión en la naturaleza y por ello, es de esperarse que covid-19 infecte por lo menos al 80% de la población mundial.
El hecho de que el aislamiento social solo sirva para retardar la velocidad de los contagios pero no para evitarlos, ha sido un argumento esgrimido en ocasiones para cuestionar las medidas de aislamiento social y sana distancia que han recomendado las autoridades sanitarias en casi todos los países.
En mi opinión, la extensión de las medidas de aislamiento social en México hasta el 30 de mayo próximo son adecuadas para reducir la velocidad de los contagios y no saturar los servicios médicos, pero además a este respecto es necesario que ésta ventana de oportunidad se aproveche para elaborar los protocolos de atención médica ambulatoria temprana que, en mi opinión, revisten la mayor importancia.
Para ejemplificar esto, es útil retomar el modelo de la BIA que como mencionamos su morbilidad es cercana al 100% pero la mortalidad no supera el 5%, habida cuenta que desde el principio del brote se administre la medicación adecuada para aliviar el estrés respiratorio y para prevenir las infecciones secundarias por la bacteria Mycoplasma gallisepticum y coliformes. Cuando éstas medidas no se aplican oportunamente, la mortalidad se incrementa siete veces pasando de 5% a más de 35%.
Los ensayos clínicos que se han realizado en el mundo, apuntan a que la atención médica temprana del covid-19 es muy importante para atenuar la replicación del virus y moderar la reacción inflamatoria, reduciendo así la presentación de cuadros clínicos graves y la mortalidad.
Evidentemente que no existen, ni habrá medicamentos 100% efectivos ni tampoco medicamentos que no causen efectos secundarios, sin embargo, esto no debe inducir a la noción de que no haya nada que hacer en términos de atención médica temprana y oportuna ya que lo que también se debe tomar en cuenta es que si los casos severos se dejan evolucionar, la mortalidad en pacientes que requieren respiración asistida es del 50%.
Existen publicaciones recientes de numerosas experiencias clínicas positivas en el tratamiento temprano de covid-19 con la combinación de hidroxiclroquina- azitromicina, con el antiviral Remdesivir y con los anticuerpos monoclonales dirigidos contra los receptores de Interleucina-6, pero en todos los casos su efectividad parece tener relación directa con la aplicación temprana, es decir antes de la aparición de la insuficiencia respiratoria ya que cuando ésta se presenta, quiere decir que la reacción inflamatoria ha sido muy destructiva para el tejido pulmonar y es esta destrucción la que origina la muerte o deja como secuela la fibrosis irreversible.
Es notable en el desarrollo de la pandemia de covid-19 que existen ejemplos de países como Alemania en donde la morbilidad es muy alta y la mortalidad muy baja y sin duda esto se debe, no solamente a la detección temprana de la infección, sino ciertamente también a la atención médica oportuna con el uso de agentes terapéuticos adecuados.
Cualquier epidemia declina cuando la mayor parte de la población produce anticuerpos contra el agente infeccioso que la causa y estos anticuerpos se inducen por contagio o por vacunación, pero mientras esto ocurre, es indispensable que el cuerpo médico de atención primaria, es decir los médicos familiares, pediatras y geriatras cuenten con la certeza de opciones de medicación para el tratamiento oportuno del paciente que se presenta a consulta lo que ciertamente inducirá a la población a buscar la atención médica oportuna.
El aislamiento social es muy conveniente para brindar una ventana de oportunidad para acelerar la producción de vacunas para prevenir la infección pero también de fármacos útiles para el tratamiento temprano de la misma, porque es casi seguro que el covid-19 persistirá al igual que ha persistido la BIA y por ello habrá que enfrentarlo con alternativas a la temporalidad del aislamiento social sin alterar la actividad humana que hace posible la vida en sociedad.
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