El Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal AC, CONAFAB, superó los inconvenientes derivados de la situación sanitaria y el confinamiento empresarial y gremial y salió avante con su publicación La industria alimentaria animal de México 2020 referente indispensable para conocer el comportamiento de esta pujante industria, que pese a la pandemia. sigue muy activa.

El texto siguiente corresponde a apartes del prólogo del anuario firmado por el presidente de la CONAFAB, el Ing. Luis Lauro González Alanis.

En este marco desfavorable, probablemente uno de los sectores con menor afectación sea la agroindustria, dado que los alimentos son esenciales. Se ha cuidado en esta contingencia sanitaria que el sector permanezca en activo durante el periodo de confinamiento de la población. Se enfatizó a las autoridades sanitarias que nuestra industria es parte fundamental de la cadena de valor de los alimentos para la población y por la misma razón una actividad esencial.

En 2019, México tuvo un año sin crecimiento económico, y lo más preocupante, sin perspectivas favorables de crecimiento en la inversión. De no haber cambios importantes que generen mayor certidumbre, es altamente probable que la primera mitad de este sexenio presente un retroceso en materia económica.

Es importante señalar que aun con la economía estancada en 2019, el crecimiento de la producción de alimentos para animales no bajó su ritmo de crecimiento y produjo 36.5 millones de toneladas, lo que representa un incremento de 4.1% respecto al volumen del año anterior. Este dato sin duda refleja que la producción y consumo de proteína animal ha mantenido su ritmo de crecimiento, no obstante el estancamiento económico.

Es temprano para estimar con precisión los efectos que tendrá la producción de alimentos para animales en 2020, pero lo que hasta ahora podemos pronosticar nos permite afirmar que habrá menor crecimiento, sin que necesariamente sea negativo.



Todo parece indicar que los precios del maíz y de las pastas oleaginosas permanecerán en niveles bajos, en términos de dólares estadounidenses, lo que ayudará al productor mexicano a compensar parcialmente la fuerte alza en el tipo de cambio y para los exportadores aprovechar esta condición favorable. Sin embargo, gran parte de la recuperación económica dependerá del vigor y velocidad con que la economía mundial regrese a su condición previa al COVID-19.

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