La porcicultura en Colombia ha tenido un desarrollo muy importante en los últimos años y ha hecho que muchos volteen a verle considerándola como un negocio prometedor y rentable. Pero no siempre fue así. Hubo una época en que no se tenía asistencia técnica preparada y el mercado era totalmente inmaduro. Eso no impidió, que por el gusto de producir cerdos, algunos temerarios dedicaran su tiempo y esfuerzo a la actividad. Es el caso de la MVZ Luz Adriana Ramírez que con empeño y mucha pasión ha crecido con su granja sorteando dificultades y aprovechando oportunidades y es hoy un ejemplo claro de que “querer es poder”.
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