El 4to Congreso Intercontinental de Porcicultura tendrá como país invitado a Estados Unidos. Sendas entrevistas con los presidentes de la OPORMEX nos dejaron calibrado el acontecer porcino nacional y lo que se está gestando para el máximo evento de la porcicultura organizaba mexicana. Nos faltaba para tener cubierto el escenario, la participación ante nuestras cámaras y micrófonos de los porcicultores estadounidenses.
No podíamos tener mejor vocera de la National Pork Producers Council que María Zieba, Vicepresident of Goverment Affairs que junto con su equipo de trabajo tiene como función defender los derechos de los porcicultores para seguir produciendo cerdo en cantidad y calidad dentro de los Estados Unidos. El cabildeo, la participación y análisis de propuestas de senadores y políticos, convenios gubernamentales y con la iniciativa privada, además de fortalecer relaciones de colaboración con sus pares de otros países es parte de su acontecer diario.
En un muy buen español, Maria Zieba señaló que, para la NPPC, México es un aliado estratégico en las acciones relacionadas a la bioseguridad y prevención de enfermedades para la industria porcina en Estados Unidos, una de las actividades pecuarias mas fuertes de los vecinos del norte.
La colaboración entre la NPPC y OPORMEX es evidente. Nuestra entrevistada reconoce que la forma de trabajar puede ser diferente entre los países, pero los objetivos a alcanzar son los mismos: trabajo en conjunto, capacitación, vigilancia sanitaria y tramitar apoyos de gobierno.
La balanza comercial de carne de cerdo entre los dos países actualmente es muy dispareja. Comenta María que Estados Unidos vende a México alrededor de 2mil millones de dólares y México no llega a los 150.
Ve áreas de oportunidad para el cerdo nacional principalmente para satisfacer a la comunidad mexicana que busca cortes y piezas, para preparar platillos de tradición, que en Estados Unidos no se producen o son muy escasas. El reto principal está en poder cumplir las regulaciones que se han ido creando sin bases científicas y que afectan a la industria estadounidense y también a la mexicana. La ley 12 de California es un claro ejemplo.
La vicepresidente está convencida que trabajando las entidades de gobierno (SADER y USDA) conjuntamente con las organizaciones porcícolas nacionales (NPPC y OPORMEX) se pueden tener importantes logros de gran beneficio para la porcicultura en ambos lados del Rio Bravo.
El congreso, a celebrarse del 20 al 24 de mayo en la Riviera Nayarit, será el momento de conversar y fortalecer alianzas entre los productores de Estados Unidos y México en momentos en que las relaciones políticas binacionales se encuentran algo tirantes.
Se tendrán especialistas que, desde la perspectiva de la economía, la sanidad, tecnología, cambio generacional, entre otros temas, mostrarán que la vocación de ser porcicultor no tiene nacionalidad. El orgullo porcicultor hace que se enfrenten los retos, se busque la eficiencia y se tenga claro el compromiso con la sociedad de producir sosteniblemente, proteína de calidad para alimentar a la población, aquí, allá y acullá.
