El debate de la proteína en nutrición avícola
En nutrición animal, el costo de la dieta y la sostenibilidad se encuentran entre los temas más discutidos. También se encuentran entre los indicadores de desempeño más complicados para los nutricionistas: por un lado, debemos asegurar los nutrientes necesarios para el crecimiento, la salud y el rendimiento -utilizando materias primas de alta calidad- y, por otro lado, debemos considerar el costo de dichas materias primas, agregando ahora la dimensión de sostenibilidad, incluido la cadena de suministro, la huella de carbono y la reducción de emisiones.
La proteína tiene una influencia crucial en ambos temas, ya que su cantidad, calidad y fuente tienen una gran influencia sobre los indicadores de rendimiento y sostenibilidad de cualquier operación. Cuando se alimenta con exceso de proteínas o con fuentes poco digestibles, la proteína no digerida está disponible en el intestino posterior, lo que favorece el crecimiento de patógenos y, por lo tanto, compromete la salud intestinal, el rendimiento y aumenta la excreción de nitrógeno (Adhikari et al., 2025).
Harina de soya: lo bueno y lo malo
La harina de soya (SBM) sigue siendo la fuente estándar en cuanto a proteínas dietéticas para la producción avícola, ya que es altamente disponible, asequible, digestible y tiene un perfil de aminoácidos que se adapta a las necesidades de los animales de producción. No obstante, la harina de soya presenta algunas desventajas, como la presencia de factores antinutricionales (ANF), entre ellos los inhibidores de tripsina (TI) y los galactooligosacáridos no digeribles (GOS: estaquiosa y rafinosa) como presenta García-Rebollar (2016). Estos ANF reducen la biodisponibilidad de las proteínas y aumentan la inflamación intestinal, afectando la salud y el rendimiento (Taliciero y Loveless, 2020; Teague et al., 2023) particularmente en aves jóvenes (Ma et al., 2024).
Los inhibidores de tripsina se desactivan al ser expuestos a altas temperaturas; sin embargo, un tratamiento térmico agresivo aumenta el riesgo de reacción de Maillard, lo que irónicamente disminuye la disponibilidad de los mismos nutrientes que se ven obstaculizados por los TI, como los aminoácidos. Además, el calor por sí solo no elimina otros ANF como GOS.
La combinación de un proceso enzimático y un tratamiento térmico suave (Hamlet Protein) ha demostrado reducir los ANF de SBM como TI y GOS de manera efectiva, asegurando la salud y el rendimiento de los pollos de engorde jóvenes, y teniendo un efecto de arrastre durante todo el ciclo de producción, lo que se traduce en una mayor rentabilidad para la operación (Steed et al., 2020).
Un buen comienzo es crucial para el éxito.
El tracto digestivo de los pollitos de un día está en desarrollo y rápidamente incrementa su tamaño, desarrollando su estructura, sistema inmunológico y población microbiana (Apajalahti y Vienola, 2016). Durante este período, también se desarrollan los sistemas de secreción de enzimas digestivas y transporte de nutrientes, particularmente aquellos relacionados con la digestión de proteínas. Es más, el pollo de engorde alcanzan la máxima digestión de proteínas hasta la tercera semana después de la eclosión (Ravindran y Abdollahi, 2021).
Así, los animales jóvenes requieren nutrientes de alta disponibilidad para su correcto desarrollo, lo que se refleja en la recomendación de las guías genéticas avícolas de invertir en alimentos de inicio, sentando las bases para el crecimiento y desempeño posterior (Aviagen 2025; HyLine 2024).
La digestibilidad no es suficiente: tomando en cuenta la dinámica digestiva
La digestibilidad de las materias primas se determina al final del intestino delgado y representa la cantidad de nutrientes que el animal puede absorber y utilizar (sin considerar la fermentación microbiana). Estos experimentos no contemplan que la absorción de nutrientes tiene lugar a lo largo del intestino delgado y que el almidón a menudo se digiere y absorbe más rápido que las proteínas (Liu et al. 2013).
Estudios recientes (Selle y Liu., 2019; Moss et al., 2018; Macelline et al., 2021; Toghyani et al., 2020; Macelline et al., 2025) han analizado la digestión de proteínas y almidón en varios tipos de dietas y a través de los diferentes segmentos del intestino. Concluyeron en que la deposición neta de tejidos en el pollo de engorde está influenciada por la disponibilidad sincronizada de proteínas (aminoácidos) y energía (almidón, glucosa) en los sitios de absorción de nutrientes. Por lo tanto, la proteína de rápida absorción puede reducir el catabolismo de aminoácidos -para satisfacer las demandas energéticas de los enterocitos en la parte posterior del tracto- y mejorar la utilización del alimento (Macelline et al., 2021).
En resumen, cuando se considera la dinámica digestiva, se pone a disposición una mezcla adecuada de aminoácidos y fuentes de energía en los sitios de síntesis de proteínas, lo que da como resultado una deposición más eficiente de proteínas. Se sabe que el almidón y la glucosa se absorben en los segmentos intestinales superiores. Por lo tanto, aumentar la cantidad de proteína dietética fácilmente disponible promoverá la síntesis de proteína animal para órganos y tejidos. Sin embargo, el proceso no es sencillo y puede verse influenciado por varios factores, como la densidad y la composición del alimento (Chrystal et al, 2021; Macelline et al, 2020; Greenhalgh et al., 2022) y factores externos como el estrés térmico (Xu et al., 2024).
Proteína rápida in vitro e in vivo: investigación con ESBM
Las fuentes de proteínas rápidas con bajos ANF, como la harina de soya tratada con enzimas (ESBM) de Hamlet Protein, constituyen una excelente fuente para dietas durante períodos críticos, como la etapa de inicio.
Se puede realizar una estimación de la cantidad de proteína rápida en los ingredientes de los piensos mediante el método pH-stat: un ensayo in vitro para estimar la velocidad de digestión de las proteínas. El pH-stat cuantifica el progreso de hidrólisis de las proteínas en una muestra, por ejemplo de un ingrediente para alimento, midiendo el ácido liberado durante un proceso de digestión enzimática (Bible et al., 2023). Los resultados se visualizan como curvas, mostrando el grado de hidrólisis en cada punto de tiempo de 0 a 120 minutos; La proteína rápida se define como la proporción de proteína hidrolizada después de 30 minutos.
Como se muestra en la Tabla 1, se puede suponer que alrededor del 80% de la proteína en los productos de Hamlet Protein -HP270 y HP300- se absorbe en el intestino anterior y, por lo tanto, es más eficiente en la deposición de tejidos que otros productos de soya y otras proteínas de origen vegetal, y comparable a proteínas de origen animal de buena calidad.
Tabla 1: Materias primas utilizadas en la alimentación animal y su proporción de proteína rápida, medida por el pH-stat.
| Clasificación de materia prima | Materia prima | Proteína rápida |
| Productos de soya | Harina de soya | 72% |
| HP 270 | 78% | |
| HP 300 | 83% | |
| Soya extruida | 74% | |
| Soya fermentada | 67% | |
| Concentrado de proteína de soya | 59% | |
| Otras proteínas vegetales | Harina de gluten de maíz | 56% |
| Maíz fermentado | 63% | |
| Gluten de trigo hidrolizado | 83% | |
| Proteínas de origen animal | Harina de pescado | 63% |
| Plasma sanguíneo | 80% | |
| Concentrado de proteína de suero | 92% |
Un estudio realizado por Ma y colaboradores (2024) ilustra los beneficios de la ESBM de Hamlet Protein, al 5% de inclusión en la dieta de inicio en pollo de engorde: después del período de alimentación de solamente 10 días, el peso corporal del grupo con ESBM fue un 6,5% mayor que el del grupo control (p<0,05) y también fue un 4,0% más alto al final del ciclo de 42 días (p<0,05), sin diferencias significativas en FCR en ningún período. Este aumento de la acumulación de tejidos estuvo influenciado por una mayor y más rápida absorción de proteínas en los pollos de engorde que consumieron ESBM, y se evidenció por:
- Aumento de la actividad de la tripsina en todos los segmentos intestinales (Figura 1)
- Mayor expresión en yeyuno de ARNm relacionado con transportadores de péptidos (PepT1) y aminoácidos (EAAT3, ATB, CAT1, LAT1) (Figura 1)
- Niveles elevados de aminoácidos en sangre, lo que indica una absorción más rápida, con un nivel de lisina equivalente a 1.6 veces el nivel en el grupo de control (Figura 2)

Figura 1: Actividad de tripsina en duodeno, yeyuno e íleon; y expresión de ARNm de transportadores para péptidos y aminoácidos en pollos de engorde alimentados con ESBM, en relación al grupo control alimentado con una dieta sin ESBM. (*) indica diferencias estadísticamente significativas con el grupo control (p<0,05). Adaptado de Ma et al., 2024.
El menor contenido de inhibidores de tripsina (1.3 mg/g para el grupo con ESBM de Hamlet Protein y 4.2 para el control) contribuyó al aumento de la actividad de tripsina para los pollos de engorde de este grupo; además, algunos estudios (Cervantes-Pahm y Stein, 2010; Ma et al., 2019) han estimado que el ESBM tiene una mayor cantidad de péptidos pequeños que otras fuentes de proteína de alto valor, lo que también influye en la absorción de péptidos y aminoácidos en el intestino anterior y, por lo tanto, en la expresión de sus transportadores en el yeyuno.

Figura 2: Aminoácidos en sangre de pollos de engorde alimentados con ESBM, en relación al grupo control alimentado con una dieta sin ESBM. (*) indica diferencias estadísticamente significativas con el grupo control (p<0,05).
(**) indica diferencias con el grupo control (p<0,01). Adaptado de Ma et al., 2024.
Estos indicadores pueden explicar, al menos parcialmente, el excelente desempeño de los animales en producción que consumen dietas de inicio con ESBM, lo que puede ser respaldado por los resultados de 14 ensayos científicos recientes realizados por Hamlet Protein en diferentes países y condiciones, en los que se comparó la inclusión del 5 al 10% de ESBM con el alimento de inicio basado en harina de soya en pollos de engorde, encontrando:
- Un promedio de 3.8% más de peso corporal al final de la fase inicial (equivalente a 9.5 gramos después de 10 a 14 días),
- 4% más de peso corporal -un promedio de 92 gramos- al final del ciclo (36 a 42 días), por lo que, por cada gramo de peso corporal más alto al final del período de inicio, las aves podrían ganar hasta 10 gramos más al final del ciclo.
- Una reducción media de tres puntos de FCR, tanto al final del periodo inicial como al final del ciclo.
Estos beneficios hacen que la decisión de incorporar ESBM en los alimentos de inicio no solo sea rentable sino también sostenible.
En la práctica: observe las fuentes de proteínas rápidas.
La investigación práctica indica que incluir proteínas rápidas en las dietas de inicio de aves en producción tiene un retorno económico, ya que aumenta la deposición de proteínas y el rendimiento al final del ciclo. Sin embargo, la cantidad de proteína rápida a incluir depende de diferentes condiciones.
En la práctica, con el conocimiento actual, tiene sentido que los nutricionistas avícolas observen y aumenten la cantidad de proteína rápida en las dietas para períodos críticos, observen su desempeño y comiencen a sacar conclusiones. En Hamlet Protein, continuaremos con nuestra investigación, y continuaremos compartiendo nuestra experiencia práctica. ¡Contáctenos para intercambiar más ideas!
bibliografía disponible a solicitud.







